martes, 29 de enero de 2013

Jack Reacher

Hace mucho que el cine me decepciona ampliamente. Hace mucho que no soporto ni el pseudo cine de autor contemporáneo, ni los bodrios con lauros festivaleros, y mucho menos los productos de Hollywood. Ahora bien, cuando baja mi consumo promedio de ver películas ( cuando era jóven veía hasta 3 por fin de semana) empiezo a sentir abstinencia y sucumbo a la triste y paupérrima cartelera porteña.
Así fue como hace poco terminé en la fila de un Village y mientras esperaba para sacar mi entrada, una señora teñida de rubio y con la planchita recién hecha, me ofreció sus tickets para ver "la de Darín".
-No, gracias- le contesté - yo voy a ver "la de Tom Cruise"-
Sorpresivamente la película me encantó, desde lo formal, lo ideológico, el uso racional y apropiado de la banda sonora ( con diálogos limpios sin música). La ausencia de la parafernalia de la cámara loca o drogada que tan de moda está hoy en día, un verdadero hallazgo dentro del cine de las súper producciones.
La trama es obvia, ex-soldado, paria, desconectado del mundo, no lo podés encontrar pero si el quiere te encuentra a vos. Pero eso no desmerece para nada el modo en que la historia está contada. Con sus tiempos justos y necesarios, con secuencias de acción precisas (la escapada en el auto es simple y efectiva). En un otro blog aparece un comentario negativo sobre esta secuencia, "se nota que está filmada rápido", escribe alguien. Si es cierto que se filmó rápidamente, es porque no es necesario perder el tiempo en planos vanos e imposibles o sonidos irreales. Acá la chapa suena a chapa, y y la escena dura lo que tiene que durar.
Las peleas son a puño limpio sin millones de balas disparándose aleatoriamente, y los escenarios son reales, sin eso megapaisajes oníricos que jamás ningún ojo humano podría percibir.
Y acá aparece aquella palabra tan nombrada en mis años de estudiante. Verosímil, la película es verosímil, y por eso es tan agradable. 
Si bien, los magros lectores de este artículo podrían estar preguntándose: ¿qué tiene de verosímil un tipo duro que no quiere ser rastreado y termina venciendo al malo? Bueno, estoy hablando de ficción, de construir mundos e historias para entretener al público.
No es muy diferente del recurso del trovador medieval o del bufón del rey. Saber contar una historia es muy difícil, y  películas como Jack Reacher deja en claro que quienes dominan la industria del cine actual, no tienen ni idea de cómo hacerlo.

P.D: Impagables Werner Herzog en el rol del malo, y el siempre rudo y bueno  Robert Duval

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