La filmografía de Guillermo
Grillo es mucho más extensa de lo que se conoce públicamente.
Su primer cortometraje lo
filmó a los 11 años en Súper 8 con una cámara que había por ahí y toda la
colaboración de su madre, sus hermanos y
locaciones muy interesantes también provenientes del entorno familiar. Durante
varios años el jovencísimo Guillermo Grillo fue aprendiendo el arte de la
narración a través del montaje, ya que también en su hogar y con una moviolita, compaginaba sus propias aventuras. Porque siendo casi un niño, lo que se
proponía era divertirse, para divertir luego a los espectadores.
Aún no había entrado a la secundaria cuando ya tenía varios personajes
en su haber, todos fantásticos, todos ridículos.
Y ahí comienza a aparecer
algo que luego iría desarrollando con el conocimiento y la experiencia: la
comedia con toques fantásticos.
A los 17 filma un
cortometraje que se sale por completo de estas bases, un alegato antibélico.
http://www.youtube.com/watch?v=WMRKaOjLOgU
Ese corto se llamó “El día que olvidaron las ideas” y con ese título tan borgeano, el ya no tan niño Guillermo Grillo cautivó al público de E.E.U.U al ganar el primer premio en un festival de Los Angeles.
http://www.youtube.com/watch?v=WMRKaOjLOgU
Ese corto se llamó “El día que olvidaron las ideas” y con ese título tan borgeano, el ya no tan niño Guillermo Grillo cautivó al público de E.E.U.U al ganar el primer premio en un festival de Los Angeles.
Aquel fue el inicio de una
carrera con varios premios pero que todavía no había encontrado del todo su eje
narrativo.
Fue a los 24 años cuando al
filmar “Bar de mala muerte” Grillo comienza a fortalecer lo fantástico atravesado por la comedia, o viceversa, sumado a un estudio del “otro”, del alter ego, del
personaje que se desdobla de alguna manera, evidente o sugerida.
Veamos.
En “Bar del mala muerte”
encontramos a un absurdo Beethoven (magistralmente interpretado por Ulises
Dumont) que desaliñado y perturbado se enfrenta a un joven insolente y
desfachatado (Mozart) que le cuestiona su obra. En medio de una discusión
devenida pelea, aparece un niño a imponer orden (J. S. Bacht) y se los lleva a
un estado de ensueño, podría decirse. Y al final, la cereza del postre, aparece
Gardel, el mismísimo Morocho del Abasto cantando a capela
“Volver”. Una trama demasiado solemne, parecería, que sin embargo está dotada
de una picardía y desparpajo pocas veces vista en un cortometraje y donde todos
los personajes son fantásticos, porque ninguno está representado siguiendo
lineamientos históricos o reales, en especial Carlos Gardel, a quien se lo representa de viejo, cuando el cantante falleció siendo muy joven.
https://vimeo.com/60577992
https://vimeo.com/60577992
Y al tiempo Grillo filma “El
paseo de Maltecci” otro cortometraje, pero esta vez se mete con la literatura clásica,
policial, negra, detectivesca, con humor más sutil, donde
el protagonista (un escritor) decide salir en busca de una historia de la que
termina siendo el propio personaje principal.
De manual, aunque muy bien resuelta, el
relato ahonda en el tema de uno mismo y el que se desea ser, en la historia dentro de otra historia. Y es su mejor cortometraje hasta el momento.
http://www.youtube.com/watch?v=DC4rlNJ3sOM
http://www.youtube.com/watch?v=DC4rlNJ3sOM
Llegó “Fantasma de Buenos
Aires” otro título borgeano, y acá ya se mete
a fondo con el alter ego, ese sujeto igual pero diferente, ese complemento que
a veces es más necesario que uno mismo.
En este film, el tímido protagonista se enfrenta a un corajudo
fantasma del pasado que se une a él, y así Grillo sigue profundizando, quizás
sin proponérselo, en la teoría del otro. Pero también sigue probando con la comedia, con eso que le sale tan bien, que es ni más ni menos que hacer reír.
https://vimeo.com/15493699
https://vimeo.com/15493699
Actualmente circula en
Internet, su segundo y esperado largometraje “La noche del chihuahua” donde
combina varios elementos de toda su filmografía, quizás con la intención de
despedirse de algunos.
Acá hay comedia desde el
inicio y hasta el final, hay personajes fantásticos, hay narración clásica, hay
referencias y citas intertextuales que muy pocos comprenden, y hay sueños dentro de sueños. Sin querer profundizar demasiado en esta película, porque recién
se estrenó y no quiero arruinarles la hora de diversión a nadie, me atrevo a
seguir con mi análisis y decir que los dos personajes principales son el alter
ego uno del otro, y que el sujeto en apuros (por el mismo problema que lo define)
va a ser siempre un “otro”, esta vez gracias a una transformación visible, es
decir, acá Grillo se juega y va por todo.
http://www.lanochedelchihuahua.com/
http://www.lanochedelchihuahua.com/
De ser cierto su tercer
largometraje, el guionista y director estaría poniendo una pausa a lo fantástico, para
dedicarse exclusivamente a la comedia, algo en lo que ya está muy sólido y cómodo, un género donde se mueve como pez en al agua, y en el que el público se muestra, insólitamente, agradecido. Como cuando era chico, y luego de pegar sus celuloides con cinta scocht perforada, armaba el proyector Súper 8 y reunía a toda la familia para robarles carcajadas.
Estamos entonces, frente a la mutación de aquel tímido niño de pelo lacio y ojazos curiosos en un narrador maduro y formado, en alguien que fue buscando durante toda su vida esos trucos o recursos que pueden hacer que alguien se emocione, porque la risa tan menospreciada por la crítica intelectual, no es ni más ni menos que eso, una emoción.
Y la más difícil de lograr, pero no para alguien como Guillermo Grillo.